viernes, 14 de octubre de 2011

El Discurso del Rey



En esta desgraciada hora, quizá la peor de nuestra historia. Envío a todos los hogares de mi pueblo, tanto a los de aquí, como en el exterior, este mensaje. Expresando con la misma profundidad de sentimientos, para cada uno de ustedes, como si pudiera cruzar sus umbrales y hablarles…personalmente. Por segunda vez en la vida de la mayoría de nosotros, estamos en guerra. Una y otra vez, hemos intentado hallar una solución pacifica para las diferencias, entre nosotros, y aquellos que ahora son nuestros enemigos. Pero ha sido en vano. Nos han forzado a un conflicto. Hemos sido llamados, junto a nuestros aliados, a enfrentar el reto de un principio, que si llegase a prevalecer, resultaría fatal para todo orden civilizado en el mundo. Ese principio, despojado de todo disfraz, es sin duda la más primitiva doctrina donde la fuerza es la razón. Por la seguridad de todo lo que consideramos valioso, es impensable que nos rehusemos a enfrentar el reto. Es con este alto propósito que ahora llamo a mi pueblo, en casa y a mis pueblos cruzando de los mares, que hagan nuestra causa…suya. Les pido que mantengan la calma, la firmeza y la unidad en esta hora de prueba. La tarea será dura. Podrán venir días oscuros, y la guerra no podrá estar confinada al campo de batalla. Pero solo podemos hacer lo correcto, como consideramos lo correcto y comprometer nuestra causa a Dios.
Si todos nos mantenemos fieles a ella, entonces, con la ayuda de Dios…PREVALECEREMOS.



DISCURSO POR RADIO PRONUNCIADO DESDE EL PALACIO DE BUCKINGHAM A TODA LA NACION, TRAS LA DECLARACIÓN DE GUERRA DE GRAN BRETAÑA A LA ALEMANIA NAZI, POR SU INVASION A POLONIA

Jorge VI de Inglaterra [1]

[3 de septiembre de 1939]



En esta hora difícil, quizá la mas fatídica de nuestra historia, quiero hacer llegar a los hogares de todos mis súbditos, tanto en la patria como en ultramar, este mensaje que les expreso a todos con la misma emoción profunda que si cruzara su puerta y les hablara personalmente a cada uno.

Por segunda vez en la vida de la mayoría de nosotros estamos en guerra. Una y otra vez hemos tratado de encontrar una salida pacífica de las diferencias, entre nosotros y los que ahora son nuestros enemigos. Pero ha sido en vano. Nos han forzado a un conflicto. Hemos sido llamados, con nuestros aliados, para afrontar el desafío de un principio que, si tuviera que prevalecer, sería fatal para cualquier orden civilizado en el mundo.

Es el principio que permite a un Estado, la búsqueda egoísta del poder; el hacer caso omiso de los tratados y sus solemnes promesas y que consiente el uso de la fuerza o la amenaza de la fuerza, contra la soberanía y la independencia de otros estados.

Este principio, despojado de su mascara, es sin duda la simple doctrina primitiva que dice que la fuerza es el derecho, y si llegara a instaurarse en todo el mundo, la libertad de nuestro propio país y de la totalidad del Commonweal de Naciones estaría en peligro. Pero mucho más que esto - los pueblos del mundo serían sostenidos en la esclavitud del miedo, y todas las esperanzas de paz que nos formáramos y de seguridad de la justicia y la libertad entre las naciones estarían acabados.

Esta es la última cuestión que nos enfrenta. Por todo el bien de lo que nos es querido, y del orden y la paz mundial, es impensable que nosotros nos neguemos a cumplir este desafío.

Es por este alto objetivo que ahora llamo a mi pueblo en sus hogares y a los que están en ultramar mares, para que hagan propia nuestra causa. Les pido que se mantengan firmes, en calma y unidos en este tiempo de prueba. La tarea será difícil.

Pueden haber días oscuros por delante, y la guerra ya no se limitará al campo de batalla. Pero sólo podemos hacer lo correcto, como vemos lo justo, y con reverencia comprometer nuestra causa a Dios.

Si todos y cada uno nos mantenemos firmemente fiel a ella, listos para cualquier servicio o sacrificio que se pueda exigir, entonces, con la ayuda de Dios, prevaleceremos.

Que Él nos bendiga y nos guarde a todos.

JORGE VI DE INGLATERRA


“El honor es algo que nadie te puede dar y nadie te puede quitar”. Es el mejor regalo que puedes darte a ti mismo. Rob Roy

“El honor es patrimonio del alma y el alma sólo es de Dios”

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