Los científicos han concluido que el cerebro de hombres y mujeres son diferentes. El cerebro se ve influido, en su estructura y funcionamiento, por las hormonas. La estructura cerebral y las hormonas son diferentes en hombres y mujeres; por tanto, no es sorprendente que actúen de manera distinta.
En las mujeres la división de funciones entre los dos hemisferios cerebrales está menos definida, tanto el lado izquierdo como el derecho participan en las habilidades verbales y visuales. El cerebro del hombre es más especializado. El hemisferio izquierdo del cerebro del hombre está dedicado casi exclusivamente a controlar las habilidades verbales y el derecho a las visuales. Los hombres, por ejemplo, tienden a emplear el derecho cuando se dedican a problemas abstractos, mientras que las mujeres emplean ambos lados.
El hombre mantiene sus emociones en el hemisferio derecho, mientras que la capacidad para expresar verbalmente sus sentimientos se sitúa en el izquierdo. Como las dos mitades están conectadas por un menor número de fibras que en la mujer, el flujo de información de un lado a otro del cerebro es más limitado. A un hombre le es más difícil expresar lo que siente porque la información fluye con menos facilidad al lado verbal.
La mujer puede expresar sus sentimientos con palabras ya que lo que siente se transmite mejor al lado verbal del cerebro. Le es más difícil separar la emoción de la razón.
Las niñas dicen sus primeras palabras y aprenden a hablar con frases cortas antes que los niños, y hablan generalmente con mayor soltura. La tartamudez se da en los niños más que en niñas. Leen antes y son mejores para aprender lenguas extranjeras
Las niñas y las mujeres oyen mejor que los hombres y muestran mayor sensibilidad al sonido. Ven mejor en la oscuridad y tienen mejor memoria visual. Tanto la nariz como el paladar son más sensibles entre mujeres que entre hombres. Una mujer con los ojos vendados puede identificar fácilmente a su hijo entre varios bebés por el olor solamente. Una madre dormida puede identificar el llanto de su bebé. Está programada para despertar sólo con el sonido de su bebé.
Esta superioridad en tantos sentidos puede medirse clínicamente y es lo que explica la “intuición femenina”. Las mujeres perciben cosas ante las que los hombres parecen ciegos y sordos. Están más capacitadas para captar señales sociales y matices importantes en el tono de voz o en la expresión.
A los hombres les parece que las mujeres son incapaces de centrarse en el tema de una conversación, nunca dicen claramente lo que quieren y se ven obligados a “traducir” el significado de los mensajes. La mujer utiliza la comunicación indirecta con el objetivo de evitar el enfrentamiento y facilitar el entendimiento.
Cuando la conversación se produce entre dos mujeres no hay problema porque ambas emplean los mismos recursos y hablan el mismo idioma. Si la conversación se produce entre un hombre y una mujer, él se sentirá desconcertado por la falta de objetivos en la conversación. Pero se equivocan. Existe siempre un mensaje oculto.
Las mujeres pueden almacenar, al menos durante períodos cortos, más información irrelevante y fortuita que los hombres. Los hombres sólo pueden hacerlo cuando la información se organiza de modo coherente o posee un importancia especial para ellos.
Los niños son más activos que las niñas. En la escuela las niñas son más sedentarias, a los niños les gusta jugar a construir algo o juegan con objetos en movimiento. Los chicos tienen mejor coordinación ojo-mano. En estratégica los hombres son mejores que las mujeres, los hombres son mejores jugadores de ajedrez. Los varones tienen buenas habilidades para la lectura de mapas.
En una investigación, se colocó una barrera en la sala de juegos entre la madre y el niño. Las niñas tendían a quedarse de pie y llorar, mientras que los muchachos se acercaban a la barrera.
Las mujeres reaccionan más rápida y agudamente al dolor, aunque su resistencia global al malestar a largo plazo es mayor que la de los hombres.
La organización del cerebro femenino no permite mantener el sexo en un compartimiento separado. Éste es más bien el modelo masculino. La mujer conecta el sexo con una variedad mucho más amplia de información emocional, donde son muy importantes las relaciones. A las mujeres no las ciega el deseo impulsado por la testosterona; en el cerebro femenino, los centros de la razón y de la emoción están mejor conectados. La mujer está mejor equipada para analizar sus emociones y razonar acerca de ellas. Los hombres quieren sexo y las mujeres relaciones.
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