Basanio, noble veneciano sin fortuna, pide al rico mercader Antonio, amigo suyo, tres mil ducados para poder continuar dignamente su noviazgo con la rica heredera Porcia. Antonio, que ha empleado todo su dinero en especulaciones de ultramar, se propone hacerse prestar el dinero por Shylock, usurero judío a quien antes había insultado por la usura que ejercía. Shylock consiente en prestar el dinero bajo una condición: si la cantidad no es pagada el día fijado, Shylock tendrá derecho a tomarse una libra de carne del cuerpo de Antonio.
Los navíos de Antonio han naufragado, su deuda no ha sido pagada dentro del plazo convenido, y Shylock pide su libra de carne. Después de haber intentado en vano obtener el perdón del judío, ofreciéndole el triple de la cantidad debida, el abogado solicita que sea concedida la petición del hebreo, pero le advierte que perderá su vida si derrama una sola gota de sangre, puesto que la obligación sólo le da derecho a la carne. Argumenta después que Shylock debe pagar con la vida el delito de haber atentado, siendo extranjero, contra la vida de un ciudadano de Venecia.
Finalmente se sabe que tres de los buques de Antonio han regresado sanos y salvos.
Existe en la obra una tensión entre la justicia y la legalidad. La justicia entendida como caridad, compasión hacia el otro, tratando de hacer entrar en razón a Shylock a fin que se desista de sus sanguinarias pretensiones. En contraposición este último se basa literalmente “en lo que dice la ley” o el convenio contractual, no importa si es justo o injusto, no importa si aún es a costa de la vida de un ser humano, sino en lo que está pactado.
Existe una crítica social encubierta de Shakespeare hacia los cristianos que se escudaban en su condición de “herederos de Cristo” para aprovecharse de los otros, Shylock se dedicaba a un oficio todavía condenado por la Iglesia Católica a sus feligreses, por lo que los judios tenían “el monopolio” de los préstamos de dinero a interés. La prohibición comenzó a flexibilizarse gracias a la reforma protestante.
Él me había avergonzado y perjudicado en medio millón,
se rió de mis pérdidas y burlado de mis ganancias.
Despreció a mi nación, desbarató mis negocios,
enfrío a mis amigos y calentó a mis enemigos y cual es su motivo “Soy un judío”.
¿Es que un judío no tiene ojos?
¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones?
¿Es que no se alimenta de la misma comida,
herido por las mismas armas,
sujeto a las mismas enfermedades,
curado por los mismos medios,
calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano?
Si nos pincháis, ¿no sangramos?
Si nos haceis cosquillas, ¿no nos reímos?,
Si nos envenenáis, ¿no nos morimos?
Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?
Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso.
Si un judío insulta a un cristiano, ¿cuál será la humildad de éste? La venganza.
Si un cristiano ultraja a un judío,
¿qué nombre deberá llevar la paciencia del judío, si quiere seguir el ejemplo del cristiano?
Pues venganza.
La villanía que me enseñáis la pondré en práctica,
y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado.
se rió de mis pérdidas y burlado de mis ganancias.
Despreció a mi nación, desbarató mis negocios,
enfrío a mis amigos y calentó a mis enemigos y cual es su motivo “Soy un judío”.
¿Es que un judío no tiene ojos?
¿Es que un judío no tiene manos, órganos, proporciones, sentidos, afectos, pasiones?
¿Es que no se alimenta de la misma comida,
herido por las mismas armas,
sujeto a las mismas enfermedades,
curado por los mismos medios,
calentado y enfriado por el mismo verano y por el mismo invierno que un cristiano?
Si nos pincháis, ¿no sangramos?
Si nos haceis cosquillas, ¿no nos reímos?,
Si nos envenenáis, ¿no nos morimos?
Y si nos ultrajáis, ¿no nos vengaremos?
Si nos parecemos en todo lo demás, nos pareceremos también en eso.
Si un judío insulta a un cristiano, ¿cuál será la humildad de éste? La venganza.
Si un cristiano ultraja a un judío,
¿qué nombre deberá llevar la paciencia del judío, si quiere seguir el ejemplo del cristiano?
Pues venganza.
La villanía que me enseñáis la pondré en práctica,
y malo será que yo no sobrepase la instrucción que me habéis dado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario